Inazio descendiendo la presa de Puente La Reina-Garés. from Carlos Sánchez-Marco on Vimeo.
2013-04-25 Río Arga por Puente la Reina (Navarra), un álbum en Flickr.
Puente La Reina-Garés.
viernes, 26 de abril de 2013
lunes, 7 de enero de 2013
viernes, 27 de abril de 2012
Proyecto de etapa Ororbia-Belascoain "ZORTZI HERRI EXTREM" o TRANSCUENCA-DE-PAPAMPLONA
Aforos de agua;http://www.navarra.es/appsext/AguaEnNavarra/ctaMapa.aspx?IDOrigenDatos=1&IDMapa=3
"ZORTZI HERRI EXTREM"
O el descenso de los 8 pueblos; Ororbia, Ibero, Etxauri, Zabalza, Ciriza, Etxarri, Bidaurreta y Belascoain.
Si hay buén caudal se podría salir desde las afueras de Barañain, sería entonces, O se podría hecer en dos días.
HAMAR HERRI EXTREM"
Barañain, Arazuri, Ororbia, Ibero, Etxauri, Zabalza, Ciriza, Etxarri, Bidaurreta y Belascoain.
Ayer estuve viendo el paso del Río Argar por los alrededores de Arazuri con 75 metros cúbicos por segundo. Aqui teneis las fotos;
El "cabezón" de Echauri al fondo a la derecha.
2012-05-20 Río ARGA Falces-Milagro com 80 m3/seg
Mapa del descenso. En el triangulo verde las Ventas de Arlás donde almorzamos antes del descenso. En amarillo el recorrido con los coches.
Con unos 80m3/seg de aforo en el medidor de Funes hicimos los 20Km. de descenso en dos horas.
Aforo del Río Arga a su paso por Funes actualizado.
Aforos del río Arga y afluentes.
http://www.navarra.es/appsext/AguaEnNavarra/ctaMapa.aspx?IDOrigenDatos=1&IDMapa=32012-05-20 Río ARGA Falces-Milagro por Pamploniko
lunes, 16 de abril de 2012
2012-04-15 Ríver Arga Extrem. II Etapa Berbinzana-Falces
El domingo nos toco el río crecidito pasamos de 16metros cúbicos en la anterior etapa a 140. Pero sin demasiados problemas...
A medio camino llamo Jose de Vitoria que estaba casi atrapado por la nieve en un puerto de montaña y que se volvía, pero antes de colgar aparecio el quitanieves y pudo bajar el puerto taras el.
El microclima rivero nos protegio durante toda la travesía. en Pamplona no paro de llover en todo el dia y a nosotros durante la travesía no nos llovió nada, solo unas gotas al llegar a los coches.
Bajabamos como cohetes no, solo por la corriente sino también por el viento norte que nos empujaba. no creo que los de Ulíbarri fueran tan rapido...
Las pequeñas presas que me imagino que había con poco caudal eran olas que las pasabamos sin problemas. El unico incidente la caida de iñigo (que se ve en el video) en el puente de Miranda.
Con las flechas verdes la localización de las dos presas.
Al hacercar los coches nos llamó la atención la aldea de Vergalijo.
El nombre de Vergalijo procede al parecer de un antiguo «vergal» (o campo de mimbres) que existía antaño en estos terrenos próximos al Arga. Antiguamente, los campos que integraban la finca (casi 20.000 robadas entre secano y regadío) pertenecieron a la orden de San Juan de Jerusalén, y también al propio ayuntamiento de Miranda de Arga, el cual vendió parte de su comunal en 1841 y 1844 para hacer frente a los gastos ocasionados por la primera guerra carlista.
«A mediados del siglo XIX, tras la Desamortización, el hacendado Nazario Carriquiri compró la finca mediante intermediarios, y la dedicó al pastoreo de ovejas», señala el historiador Juan Jesús Virto. Finalmente, en 1895, Raimunda, la hija de Carriquiri, vendió los terrenos a Felipe Modet, un hacendado de Estella, quien promovió allí una explotación agrícola «moderna» dando lugar al actual poblado de Vergalijo.
La venta de Carriquiri
La aldea de Vergalijo (así figura en el nomenclátor) se construyó a partir de 1904 en torno a la denominada venta de Carriquiri. A unos seiscientos metros de esta casona había en el siglo XIX un molino de agua, que Felipe Modet transformó en una central hidroeléctrica. Luego compró otro molino en Miranda, y con la energía de ambos creó la empresa «Electra Mirandesa», que suministró electricidad al pueblo hasta los años sesenta.
Aunque era el típico terrateniente de principios de siglo, Felipe Modet fue también un hombre emprendedor, que modernizó los sistemas de explotación agrícola, y que generó riqueza en Miranda de Arga según los esquemas de la época. «En 1906 tenía trilladora y bombas de riego movidas por electricidad», dice Juan Jesús Virto. «Además, construyó robustas casas de piedra para albergar a los colonos, con agua y luz, así como una escuela para los hijos de los colonos». Desde 1909, la aldea contará también con un puesto de la guardia civil, debido en parte a las revueltas de los corraliceros, acaecidas un año antes.
«En 1920 vivían en Vergalijo 113 personas», señala Alfredo Floristán. Entre ellas había numerosos empleados fijos (muleros, pastores, etc.) y también medieros que cultivaban las tierras del patrón a cambio de una renta o de un porcentaje de la cosecha.
Según dice Cruz Garbayo, tractorista jubilado de 75 años, cuando él era joven y estaba en activo, además de los trabajadores fijos y de los medieros, la finca de Vergalijo daba trabajo en temporada a numerosos jornaleros de Miranda de Arga y de su entorno, que acudían a realizar tareas puntuales como la escarda o la recolección. «Desde Miranda solían ir andando hasta Vergalijo, cada uno con su azadilla y su sartenica de tres patas para hacerse allí la comida», recuerda.
Entonces, se ponían todavía cultivos muy variados como lino, cáñamo, remolacha, maíz, etc. «Todo esto se ponía en el regadío, que son unas setecientas u ochocientas hectáreas», añade Garbayo. «Aparte de eso, estaban los cerros, donde se cultivaba la viña, y otros términos donde se pastoreaban las ovejas, como Bacaño, Sota, Piñuela, Albero o Corral Nuevo.
Belleza decadente
Aunque algunos de sus edificios se encuentran hoy en estado de ruina o semiabandono, el poblado de Vergalijo conserva todavía el atractivo decadente de los lugares cargados de recuerdos. En lo alto de una loma, destaca la pequeña iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, con sus tejas verdes y su torre de cinc. Hace sólo tres décadas, esta iglesia de estilo neogótico conservaba todavía sus voladizos de madera, y unas preciosas vidrieras que se han ido rompiendo y cayendo a pedazos.
Otros elementos singulares de la finca eran hasta hace poco el molino de viento, con sus cuatro aspas (»lo vulcaron hace un mes», dice Garbayo) y un estanque de piedra donde se distribuía el agua de riego procedente de la central hidroeléctrica. Según dice Garbayo, detrás del estanque hubo antaño un secadero de cáñamo, y al lado del mismo un hermoso jardín por el que paseaban los señores de la «casa grande». Así es como llamaban en Miranda al edificio central de Vergalijo, donde se encuentra hoy la oficina de la finca. A ambos lados de esta casona se hallaba el Rancho, donde esquilaban las ovejas, y la Escuelica, pequeño edificio utilizado hoy como almacén de herramientas. Más atrás, vigilado hoy por un enorme perrazo, se divisa también el almacén de las tartanas. «Aquí guardaban los señores el coche de caballos con el que se trasladaban a Miranda»,
Según dice el tractorista, aquel coche servía también para traer al cura a celebrar misa en la iglesia de Vergalijo. «Cuando yo era crío, el mosén venía en la tartana, tirada por un caballo llamado Carrete. Más tarde, cuando vinieron los coches, le pagaban el taxi al cura, para que fuera todos los domingos a cantar misa. Al final, sin embargo, como ya no iba casi nadie a la iglesia, el sacerdote le dijo al apoderado: «Ya no merece la pena que venga. Para dos almas que tengo que atender, es mejor que les pague usted el taxi a ellas, y que vengan a escuchar misa a la iglesia de Miranda».
Después de Miranda nos encontramos con la presa de Vergalijo.
Impresionaba mucho sus grandes olas y la escandalera que formaba pero la podríamos haber bajado sin peligro, no quise insistir ya que la opción de portear también era segura...
La bajo Jose (Recorrido de la raya amarilla de la foto del mapa)que iba con el kayak de aguas bravas.
El porteo fué laborioso; atravesamos un campo sembrao para llegar al molino y tuvimos que pasar los kayaks por un camino muy estrecho...(raya roja de la foto del mapa)
Perdimos una hora en esa presa y otra en la siguiente presa.
La bobina era de 1905 hecha en Zurich.
La aldea de Vergalijo (así figura en el nomenclátor) se construyó a partir de 1904 en torno a la denominada venta de Carriquiri. A unos seiscientos metros de esta casona había en el siglo XIX un molino de agua, que Felipe Modet transformó en una central hidroeléctrica.
Luego compró otro molino en Miranda, y con la energía de ambos creó la empresa «Electra Mirandesa», que suministró electricidad al pueblo hasta los años sesenta.
La siguiente presa era la tipica cab***ada que se llevan casi todo el agua por un canal a una mini central y además dejan el resto del agua desparramada por varios riachelos que no se ven por la maleza y no acertamos a encontrar el bueno. Además cometimos el error de separarnos...
Vimos un zorro nbastante cerca, cuando nos vió salio corriendo trepando por un ribazo.
A las 4 estabamos comiendo en Falces
Con las flechas verdes la localización de las dos presas.
Al hacercar los coches nos llamó la atención la aldea de Vergalijo.
El nombre de Vergalijo procede al parecer de un antiguo «vergal» (o campo de mimbres) que existía antaño en estos terrenos próximos al Arga. Antiguamente, los campos que integraban la finca (casi 20.000 robadas entre secano y regadío) pertenecieron a la orden de San Juan de Jerusalén, y también al propio ayuntamiento de Miranda de Arga, el cual vendió parte de su comunal en 1841 y 1844 para hacer frente a los gastos ocasionados por la primera guerra carlista.
«A mediados del siglo XIX, tras la Desamortización, el hacendado Nazario Carriquiri compró la finca mediante intermediarios, y la dedicó al pastoreo de ovejas», señala el historiador Juan Jesús Virto. Finalmente, en 1895, Raimunda, la hija de Carriquiri, vendió los terrenos a Felipe Modet, un hacendado de Estella, quien promovió allí una explotación agrícola «moderna» dando lugar al actual poblado de Vergalijo.
La venta de Carriquiri
La aldea de Vergalijo (así figura en el nomenclátor) se construyó a partir de 1904 en torno a la denominada venta de Carriquiri. A unos seiscientos metros de esta casona había en el siglo XIX un molino de agua, que Felipe Modet transformó en una central hidroeléctrica. Luego compró otro molino en Miranda, y con la energía de ambos creó la empresa «Electra Mirandesa», que suministró electricidad al pueblo hasta los años sesenta.
Aunque era el típico terrateniente de principios de siglo, Felipe Modet fue también un hombre emprendedor, que modernizó los sistemas de explotación agrícola, y que generó riqueza en Miranda de Arga según los esquemas de la época. «En 1906 tenía trilladora y bombas de riego movidas por electricidad», dice Juan Jesús Virto. «Además, construyó robustas casas de piedra para albergar a los colonos, con agua y luz, así como una escuela para los hijos de los colonos». Desde 1909, la aldea contará también con un puesto de la guardia civil, debido en parte a las revueltas de los corraliceros, acaecidas un año antes.
«En 1920 vivían en Vergalijo 113 personas», señala Alfredo Floristán. Entre ellas había numerosos empleados fijos (muleros, pastores, etc.) y también medieros que cultivaban las tierras del patrón a cambio de una renta o de un porcentaje de la cosecha.
Según dice Cruz Garbayo, tractorista jubilado de 75 años, cuando él era joven y estaba en activo, además de los trabajadores fijos y de los medieros, la finca de Vergalijo daba trabajo en temporada a numerosos jornaleros de Miranda de Arga y de su entorno, que acudían a realizar tareas puntuales como la escarda o la recolección. «Desde Miranda solían ir andando hasta Vergalijo, cada uno con su azadilla y su sartenica de tres patas para hacerse allí la comida», recuerda.
Entonces, se ponían todavía cultivos muy variados como lino, cáñamo, remolacha, maíz, etc. «Todo esto se ponía en el regadío, que son unas setecientas u ochocientas hectáreas», añade Garbayo. «Aparte de eso, estaban los cerros, donde se cultivaba la viña, y otros términos donde se pastoreaban las ovejas, como Bacaño, Sota, Piñuela, Albero o Corral Nuevo.
Belleza decadente
Aunque algunos de sus edificios se encuentran hoy en estado de ruina o semiabandono, el poblado de Vergalijo conserva todavía el atractivo decadente de los lugares cargados de recuerdos. En lo alto de una loma, destaca la pequeña iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, con sus tejas verdes y su torre de cinc. Hace sólo tres décadas, esta iglesia de estilo neogótico conservaba todavía sus voladizos de madera, y unas preciosas vidrieras que se han ido rompiendo y cayendo a pedazos.
Otros elementos singulares de la finca eran hasta hace poco el molino de viento, con sus cuatro aspas (»lo vulcaron hace un mes», dice Garbayo) y un estanque de piedra donde se distribuía el agua de riego procedente de la central hidroeléctrica. Según dice Garbayo, detrás del estanque hubo antaño un secadero de cáñamo, y al lado del mismo un hermoso jardín por el que paseaban los señores de la «casa grande». Así es como llamaban en Miranda al edificio central de Vergalijo, donde se encuentra hoy la oficina de la finca. A ambos lados de esta casona se hallaba el Rancho, donde esquilaban las ovejas, y la Escuelica, pequeño edificio utilizado hoy como almacén de herramientas. Más atrás, vigilado hoy por un enorme perrazo, se divisa también el almacén de las tartanas. «Aquí guardaban los señores el coche de caballos con el que se trasladaban a Miranda»,
Según dice el tractorista, aquel coche servía también para traer al cura a celebrar misa en la iglesia de Vergalijo. «Cuando yo era crío, el mosén venía en la tartana, tirada por un caballo llamado Carrete. Más tarde, cuando vinieron los coches, le pagaban el taxi al cura, para que fuera todos los domingos a cantar misa. Al final, sin embargo, como ya no iba casi nadie a la iglesia, el sacerdote le dijo al apoderado: «Ya no merece la pena que venga. Para dos almas que tengo que atender, es mejor que les pague usted el taxi a ellas, y que vengan a escuchar misa a la iglesia de Miranda».
Después de Miranda nos encontramos con la presa de Vergalijo.
Impresionaba mucho sus grandes olas y la escandalera que formaba pero la podríamos haber bajado sin peligro, no quise insistir ya que la opción de portear también era segura...
La bajo Jose (Recorrido de la raya amarilla de la foto del mapa)que iba con el kayak de aguas bravas.
El porteo fué laborioso; atravesamos un campo sembrao para llegar al molino y tuvimos que pasar los kayaks por un camino muy estrecho...(raya roja de la foto del mapa)
Perdimos una hora en esa presa y otra en la siguiente presa.
La bobina era de 1905 hecha en Zurich.
La aldea de Vergalijo (así figura en el nomenclátor) se construyó a partir de 1904 en torno a la denominada venta de Carriquiri. A unos seiscientos metros de esta casona había en el siglo XIX un molino de agua, que Felipe Modet transformó en una central hidroeléctrica.
Luego compró otro molino en Miranda, y con la energía de ambos creó la empresa «Electra Mirandesa», que suministró electricidad al pueblo hasta los años sesenta.
La siguiente presa era la tipica cab***ada que se llevan casi todo el agua por un canal a una mini central y además dejan el resto del agua desparramada por varios riachelos que no se ven por la maleza y no acertamos a encontrar el bueno. Además cometimos el error de separarnos...
Vimos un zorro nbastante cerca, cuando nos vió salio corriendo trepando por un ribazo.
A las 4 estabamos comiendo en Falces
2012-04-15 Video 2º. RIO ARGA Berbinzana-Falces from Carlos Sánchez-Marco on Vimeo.
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